domingo, 6 de marzo de 2011

Nubes.

No me acuerdo exactamente de la impresión que me causaste cuando te vi por primera vez. Ahora, solo sé la que voy a tener de ti para siempre. Parecías alguien insignificante, como todo lo demás. Nunca podría imaginarme que la vida se pareciera tanto a una montaña rusa. Me fui levantando cada día por verte, mis risas dependía de las tuyas... Entonces, descubrí que era la felicidad. Un día todo se nubló, dejó de salir el sol y me planteé en cerrar heridas. Algunas veces las nubes me mojan, pero ahora dependeré del tiempo ya que dicen que va acompañado del olvido.

      Cambiar nubes negras por esas dulces de algodón. 

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